Los microorganismos son conocidos por habitar los lugares más inesperados y diversos del mundo. Así, el ser humano posee su propia carga microbiana, conviviendo con el hombre como un organismo simbionte. En la mujer, el microbioma vaginal está constituido por ecosistemas complejos de más de 200 especies bacterianas, siendo Lactobacillus el género más predominante.
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La vaginosis bacteriana (VB) es una de las afecciones más recurrentes en mujeres en edad fértil, algunas actividades, como las relaciones sexuales sin protección o las duchas vaginales frecuentes, aumentan el riesgo. La enfermedad altera el microbioma natural de la vagina, donde se reduce significativamente el número de lactobacilos. El tratamiento habitual incluye cremas, geles o medicamentos, sin embargo, hay una reincidencia de la enfermedad requiriendo un tratamiento adicional.
Empíricamente, el personal de algunos centros de salud recomienda el uso de yogur natural para afianzar el tratamiento contra la VB. Además, La investigación realizada por Arellano en la UNC, comprobó que el uso de yogur natural para tratar la VB era más eficaz y eficiente que el uso de óvulos vaginales. Haciendo referencia a la investigación preguntarán ¿Qué propiedad posee el yogur natural? Pues bien, la producción de yogur emplea cepas bacterianas y son estas las que le otorgan la propiedad curativa.
Los géneros bacterianos empleados en la producción de yogur son Lactobacillus y Streptococcus, pertenecientes a un grupo de microorganismos conocidos como bacterias ácido-lácticas (BAL). Este grupo de bacterias probióticas ha ido adquiriendo mayor importancia ya que mejoran significativamente la salud del consumidor a través de la producción de enzimas, vitaminas y sustancias antibacterianas. (Olveira Fuster & González-Molero, n.d.; Jurado-Gámez & Jarrín-Jarrín, 2015).
En los últimos años, algunos Lactobacillus sp. son usados como terapia alternativa para diversas enfermedades, su potencial probiótico ha permitido emplearlos en las terapias contra las infecciones vaginales. Entre las investigaciones realizadas se demostró la capacidad de L. acidophilus, L.rhamnosus, L. fermentu, L. plantarum para inhibir Mycoplasma, Ureaplasma (Melgaço et al., 2018), Gardnerella vaginalis y Neisseria gonorrhoeae (Neves Selis et al., 2021). También, se elaboraron tabletas vaginales de liberación lenta para tratar a mujeres afectadas por vaginosis bacteriana (Vicariotto et al., 2014)
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Gran parte de los estudios realizados están a favor de los probióticos tanto para la prevención como para el tratamiento de la VB. Por lo tanto, se recomienda el consumo diario de productos probióticos para mejorar la salud pública entre las mujeres, ya que estos funcionan como controladores biológicos. Algunas marcas reconocidas reconocen el uso de bacterias y las emplean en sus fórmulas. Es importante realizar más investigaciones en el uso de probióticos para el tratamiento de enfermedades.
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